La Espiritualidad de los Doce Pasos

¿A qué se debe que los miembros de una agrupación no tengan la capacidad de percibir el alto contenido espiritual con que cuentan los Doce Pasos?

¿Qué impedimentos tiene el enfermo emocional para poder ver en el programa la restauración de su mal?

Es casi imposible que un ser humano que no haya tenido una educación espiritual oportuna pueda apropiarse del auténtico mensaje emanado de los doce pasos de recuperacción cuando se lee; en este camino de la salvación pocos pueden leer entre líneas hacia dónde pretende llevarlos.

Pero, ¿por qué no podemos lograrlo; qué características tenemos que nos lo impiden? Estos cuatro "atributos" son las causas que evitan que disfrutemos del "milagro del siglo XX" como lo llamó el Papa Pío XI.

a) Hipersensible: Esta sensibilidad mayor hace que el ser humano que la padece, desvirtúe las relaciones que tiene con la gente que le rodea.

b) Racional: es la habilidad de crear verdades inexistentes; y en el futuro el enfermo vivirá de esas razonez creadas por él, y éstas responderas -siempre- a las exigencias de su imaginación desbordada.

c) Omnipotente: creera que él tiene la razón y que su razón es la única que existe en el mundo; pensará que el mundo le pertenece y no que él le pertenece al mundo, se siente tan poderoso ante todo y ante todos ya que su egoísmo no le permite ver la responsabilidad que tiene con los demás, sólo acepta la responsabilidad de los demás para con él.

d) Desafiante: la actitud de desafío que toma no es nacida del valor, sino más bien es nacida de su ignorancia y de su incapacidad para poder hacer conciencia de los acontecimientos que va viviendo y de las consecuencias que esto va teniendo.

Medio complejo, no creo, pero pongamos un ejemplo para poderlo entender mejor, bueno eso creo yo, igual y el único que no entendió soy yo. Ahí les va:

La madre descubre a sus dos hijos desobedeciendo una orden, los llena de insultos, uno de ellos con una sensibilidad normal pensará que su mamá estaba enojada y al poco tiempo lo olvidará, el otro hijo -hipersensible- pensará que su mamá no lo quiere, en ese momento pierde la confianza en su madre y en Dios. El no tener confianza es no tener fe y el no tener fe es no poder amar. Ahí empieza todo el desmadre que tendrá que vivir hasta que llega al grupo; donde por primera vez se encontró con personas que lo comprendían; y el desconfiado por primera vez confía en otro hombre; éste lo vinculará con Dios, la confianza se convierte en fe y la fe en amor. Ya que al reconocer que necesita ayuda y que otro ser humano lo puede guíar se da el gran milagro de nuestra agrupación.

Empieza la búsqueda del auténtico Dios del que nunca quiso desprenderse; llegar a entender que nada hay que entender y que todo hay que aceptar; es haberse iniciado en el inmenso campo que es la fe.

Pero mientras estas condiciones no se den en la conciencia de un enfermo, su presencia en el grupo no esta obedeciendo al tratamiento espiritual que necesita, es probable que siga siendo racionalista, omnipotente y desafiante, pretendiendo querer cambiar los principios de nuestra agrupación o meterse en asuntos que no está obligado a saber, sin comprender ni aceptar que de ello depende la sobriedad, estabilidad emocional y la paz interior de él y de quien lo rodea.

Quien no ha aceptado que esta mal y que necesita guía y dirección de otro ser humano es un individuo que nunca y quiero reiterar NUNCA PODRÁ PRACTICAR LA ESPIRITUALIDAD EMANADA DE LOS DOCE PASOS.