“EL PASADO, YA PASÓ”
La experiencia de A.A. nos ha enseñado que no podemos vivir solos con nuestros problemas apremiantes y con los defectos de carácter que los causan o que los agravan. Si hemos iluminado el curso de nuestras vidas con el fanal del Cuarto Paso y hemos visto en relieve esos incidentes que preferimos no recordar… entonces necesitamos más urgentemente que nunca, dejar de vivir solos con esos fantasmas atormentadores del ayer. Tenemos que hablar de ello con alguien.
DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, pág. 57
Lo hecho, hecho está. No se puede cambiar. Pero lo que sí puedo cambiar es mi actitud respecto a ello, hablando con aquellos que ya han pasado por eso y que han tenido sus padrinos. Yo puedo desear que el pasado no hubiera existido, pero si cambio mis acciones respecto a lo que he hecho, mis actitudes cambiarán. No tendré que desear que el pasado no haya existido. Puedo cambiar mis sentimientos y mis actitudes, pero sólo por medio de mis acciones y la ayuda de mis compañeros alcohólicos.
Compañeros buenos días soy Armando un enfermo alcohólico adicto, El pensar en un cambio de vida me resulto muy atractivo, ya que quería en verdad olvidar situaciones de mi vida muy dolorosas, nunca quise hablar de ello con nadie, ya que pensaba que era el único que tenia ese tipo de situaciones. La verdad es que problemas tenía muchos a nivel emocional ya que mi pasado lo cargaba como mi presente en todo momento. Me atormentaban tantas cosas, esos hechos dolorosos me mantenían bebiendo y drogándome como justificación. Al abordar honradamente mi pasado y aceptar todas mis acciones, mis actitudes empezaron a cambiar, desde ese momento se origino un verdadero cambio de vida, ya que mis acciones, actitudes y sentimientos dieron un giro de 360°, hoy ya no deseo que ese pasado se borre como lo dije en el ayer, hoy puedo verdaderamente de ese pasado aprender a vivir en armonía, conmigo mismo y con todos los de mi alrededor. Este Paso vital, me ha dado esas herramientas para seguir platicando sin reserva alguna mis problemas apremiantes. La ayuda de Dios y de mis compañeros ha sido la clave para poder aprender a vivir.
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